En el mercado, dan como un hecho de que la inflación de mayo transitó por la senda de la desaceleración, tras el registro de abril, pero ponen en dudas el comportamiento de los precios del sexto mes del año. Sucede que en junio se activarán algunas subas, como el del valor de las naftas, que se reajustan en torno de un 1% a partir de hoy. Tras de ese reajuste le seguirán el del costo de las cuotas de la medicina prepaga y de los colegios privados, además del valor de los alquileres. Asimismo, los usuarios están esperando la próxima factura de los servicios (luz, agua y gas) con el fin de corroborar de cuánto es el incremento que se registrará.

De todas maneras, el Gobierno nacional ha decidido prorrogar hasta julio del año que viene el esquema de subsidios segmentados que venció ayer tanto para las tarifas de la electricidad como del gas. En otras palabras, hasta los usuarios de mayor poder adquisitivo podrán gozar de esos beneficios.

El esquema vigente desde hace tres años establece una segmentación por niveles de ingresos: los usuarios de altos ingresos (Nivel 1), quienes no pidieron subsidio; de ingresos bajos (Nivel 2); y de ingresos medios (Nivel 3). Alrededor de 9,5 millones de hogares con ingresos medios y bajos reciben actualmente asistencia estatal directa, que puede alcanzar hasta un 65% de descuento en las facturas, dependiendo del consumo.

Desde la Casa Rosada sostienen que esta nueva prórroga trata de “asegurar una transición ordenada hacia tarifas que reflejen el costo real de la energía”, promover el uso eficiente y mantener el acceso a un consumo básico para los sectores más vulnerables. A su vez, insisten en que el proceso de sinceramiento tarifario ya logró que la mayoría de los usuarios residenciales cubran el 80% del precio real de la energía.

De esta manera, la gestión del presidente Javier Milei aplica la misma receta que sus antecesores en el sentido de poner un freno a los reajustes que afectan los bolsillos de los argentinos, más aún tratándose este 2025 de un año electoral. Así, el Poder Ejecutivo busca mejorar el clima socioeconómico y bajar las expectativas inflacionarias hacia un 1% mensual, según la proyección oficial.

El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de mayo llega con una estimación del 2%, aunque la tasa que mide la Fundación Libertad y Progreso la ubica en un 1,8%, lo que representa una desaceleración de 1 punto porcentual respecto al dato oficial de abril (2,8%). Sería el IPC mensual más bajo desde mayo de 2020, aunque si se excluyen los años de la pandemia, sería la menor desde noviembre de 2017, indica el reporte al que accedió LA GACETA.

De este modo, la inflación acumulada en los primeros cinco meses del año alcanza el 13,6%. La variación interanual se ubicó en 44,0%, 167 puntos porcentuales menos que en diciembre de 2023 y la más baja desde marzo de 2021, de acuerdo con los registros de Libertad y Progreso.

Estos datos sugieren que, tras la unificación cambiaria, la inflación retomó su sendero de desaceleración. Un sendero que podrá continuar en base a una menor incertidumbre, un BCRA con un balance más sano, y un Tesoro que mantiene el superávit fiscal.

“La desaceleración de la inflación no es un fenómeno aislado, sino parte de un proceso más amplio. La reducción del gasto público y la desregulación económica están impulsando la actividad y fortaleciendo la recaudación, lo que genera un margen fiscal tanto para sostener el superávit primario como para iniciar una reducción de impuestos distorsivos”, indica la economista Clara Alesina. En este marco, se espera una expansión sostenida de la demanda de dinero, que permitiría al Banco Central avanzar en la monetización de la economía y en la acumulación de reservas sin generar presiones a la depreciación del peso. “Esta dinámica refuerza la credibilidad del programa económico y configura un escenario en el que podríamos tener inflación de un dígito en 2026”, puntualiza. Por su parte, el economista Julián Orué señala que, superada la volatilidad típica de los momentos previos y posteriores a una unificación cambiaria, la inflación retoma su tendencia descendente, con una variación mensual que podría ser la más baja de toda la gestión actual. “De cara a los próximos meses, el panorama luce más definido: con un BCRA más sólido en su balance, menor incertidumbre y continuación del crecimiento de la actividad económica”, acota.